1. Entender antes de intervenir
“Ayudar no es sustituir. Lo que la persona aún puede hacer, debe hacerlo.”
La historia de Carmen (y de muchas familias)
Carmen cuida a su madre desde hace un año y medio. Para evitarle frustraciones, empezó a hacer todo por ella: la viste, le prepara el desayuno, responde por ella en las visitas. Cree que así la protege.
Pero en poco tiempo, su madre se vuelve más apagada. Ya no se levanta sola, participa menos y evita tomar iniciativas.
Carmen cree que la enfermedad avanza más rápido… ¿pero es así?
Tres errores frecuentes que parecen aciertos
-
“Me adelanto a todo para que no sufra”: pierde práctica y autonomía
-
“Respondo por él / ella para evitar que se equivoque”: se aísla, se apaga y participa menos
-
“Hago lo que haría yo”: ignoro cómo él percibe la situación
La pregunta que cambia la lógica:
“¿Esto lo hago porque no puede… o porque creo que es mejor hacerlo yo?”
Lo que MITIGA propone mirar de otro modo
La buena intención sin criterio puede acelerar el deterioro.
Cuando sustituimos lo que la persona aún puede hacer —aunque sea lento o imperfecto—, aceleramos la dependencia. El deterioro no solo viene del cerebro: también viene de lo que hacemos o dejamos de hacer.
MITIGA propone: Antes de intervenir, observa. Antes de ayudar, comprende.
Qué puedes hacer esta semana
1. Piensa en 1 o 2 tareas que antes él / ella hacía y ahora haces tú.
2. Recupéralas con apoyo. Deja que participe, aunque sea en parte o tarde más.
3. Observa qué cambia. ¿Se anima más? ¿Se siente útil?
Lo que MITIGA te recuerda
-
Cuidar no es sustituir.
-
Algunos deterioros no son inevitables: son evitables.
-
El primer paso para mitigar es no agravar lo que aún puede conservarse.