4. Interpretar los cambios de conducta
“No es el carácter. Es el cerebro.”
La historia de Marcos (y el día que creyó que su madre se volvió otra persona)
Clara, madre de Marcos, empezó a desconfiar: decía que la espiaban, que le escondían cosas. Un día rechazó la medicación y tiró el plato al suelo. Marcos pensó: “Ya no es ella”.
Pero su hermana le hizo ver otra posibilidad:
¿y si está asustada, desorientada o con dolor… y no sabe cómo decirlo?
En vez de…: Prueba con…
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Contradecir (“eso no es así”): Validar la emoción (“veo que te preocupa…”)
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Explicar con lógica: Redirigir o cambiar de ambiente
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Insistir o forzar: Esperar y volver a intentar
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Dar órdenes secas: Hablar con calma y contacto visual
Lo que MITIGA propone mirar de otro modo
Gritos, rechazo, agresividad o aislamiento no son mal carácter ni testarudez. Suelen ser reacciones a:
• Desorientación. No sabe dónde está ni quién eres.
• Dolor o malestar que no sabe expresar.
• Miedo ante cambios o actitudes.
• Saturación. Demasiados estímulos o exigencias.
No es rebeldía. Es su manera de protegerse.
Qué puedes hacer esta semana
- Registra un episodio difícil. ¿Qué pasó antes, durante y después?
- Haz una hipótesis: ¿dolor, entorno, ambiente?
- Cambia tu respuesta habitual. Valida, redirige o espera. No discutas.
La pregunta que cambia la lógica:
“¿Estoy juzgando su reacción… o tratando de entenderla desde su deterioro?”
Lo que MITIGA te recuerda
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Toda conducta tiene una causa, aunque no lo veas al momento.
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Cuidar también es aprender a traducir un nuevo lenguaje.
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Tu actitud puede calmar… o empeorar la situación.