3. Usar el entorno como aliado
«El entorno también cuida. O desorienta.»
La historia de Rosa (y cómo un cambio empeoró todo)
Rosa vive con Joaquín, con enfermedad de Alzheimer leve. Últimamente está más irritable, duerme mal y parece desorientado. Cree que el deterioro ha avanzado… hasta que recuerda que cambiaron la cama, quitaron una lámpara y pusieron una alfombra nueva.
Para Joaquín, esos cambios fueron desestabilizantes, aunque nadie lo advirtió.
5 factores clave a revisar
- Distribución: ¿puede caminar sin obstáculos?
- Iluminación: ¿hay sombras o zonas oscuras por la noche?
- Ruido y temperatura: ruidos constantes o frío no percibido alteran el ánimo.
- Señalización: si no reconoce espacios o objetos, se aísla.
- Cambios sin aviso: mover cosas sin anticiparlo puede desorientar mucho.
Lo que MITIGA propone mirar de otro modo
La enfermedad de Alzheimer no solo afecta la memoria: distorsiona la percepción.
Lo que para ti es normal (una sombra, una puerta cerrada, un nuevo mueble) puede provocarle miedo, desorientación o rechazo.
El entorno puede calmar o confundir.
MITIGA propone observar el espacio con sus ojos, no con los tuyos.
Qué puedes hacer esta semana
- Revisa el entorno que más usa. Obsérvalo de día y de noche
- Haz un ajuste simple. Añade una luz cálida, despeja un camino o marca una puerta.
- Observa qué cambia en su comportamiento. La mejoría suele ser sutil… pero real.
La pregunta que cambia la lógica:
“¿Creo que el entorno está bien… solo porque yo lo entiendo?”
Lo que MITIGA te recuerda
- No hacen falta reformas. Basta con observar diferente.
- Lo que para ti es lógico, para él puede ser confuso o peligroso.
- Un pequeño cambio hoy puede prevenir una crisis mañana.